Colombia
Julián Andrés Puentes B., CPP, PSP
Magister Seguridad y Defensa Nacionales, Especialista en Administración de Seguridad de Universidad Militar Nueva Granada, Profesional Certificado en Protección CPP por ASIS international, Profesional Certificado en Seguridad Física PSP por ASIS International, Psicofisiólogo forense- PoligrafÍsta Profesional, Especialista Certificado Experto en Administración de la Cadena Logística CSCM, por ISCEA International Supply Chain Education Alliance, Certificado Introductorio en Prevención del Crimen a Través del Diseño Ambiental CPTED por ICA, Ceritificado Risk Manager 31000 por PECB, Canadá, Auditor Internacional de Sistemas de Gestión Control y Seguridad BASC, Auditor ISO 28000, Seguridad en la cadena de Suministro, Certificado Implementador Operador Económico Autorizado OEA, Banco Interamericano de Desarrollo, Experto en Psicografología y Psicomorfología del rostro, Auditor Código PBIP (Buques y Puertos) Certificado Green Belt LSS, 3M Colombia Experto en Planes de Manejo de Crisis y Seguridad Corporativa. Arquitectura, Universidad Piloto de Colombia, Profesional en Ciencias Militares, Escuela Militar de Cadetes Gral. José Maria Córdoba, Oficial de Ejercito de Colombia en uso de buen retiro, Diplomado en Prevención y manejo de Terrorismo Atentados Y Sabotaje, miembro de ASIS international, miembro del Foro Latinoamericano de Profesionales de Seguridad (Buenos Aires Arg), Miembro de la Asociación Venezolana de Ejecutivos de Seguridad AVES, docente internacional de cursos preparatorios para certificaciones CPP, PSP, PCI de ASIS international, conferencista internacional en Prevención del crimen a través del diseño ambiental, Docente en programas de especialización y diplomados de la Escuela de Policía Nacional, y de la Universidad Militar Nueva Granada, Docente de la Escuela Aquimindia Departamento Administrativo de Seguridad DAS, Ganador del premio “Regional Certification Award” de ASIS International 2010, candidato a Magister en Seguridad y Defensa Nacional de la Escuela Superior de Guerra de Colombia ; actualmente Director Corporativo de la firma de consultoría Organización GDC SAS.
El Desafio el Gerente de Seguridad Frente a la Gestión de Seguridad Física
Gerentes de Seguridad hoy en día han tenido que asumir responsabilidades que van mas allá de la administración de personal (guardas de seguridad) de hecho los programas formales han destacado tres campos de acción; uno preventivo que involucra las áreas de seguridad física, seguridad del personal y seguridad de la información; otro, de control o mitigación que involucra programas de manejo de crisis y continuidad del negocio y el último, de recuperación denominado área de investigaciones y seguros. La seguridad física demanda más del 80% de las precupaciones del gerente de seguridad; sin embargo el 80% de esa preocupación radica en que no encuentra la forma de gestionarla efectivamente. En el contexto de la protección de activos—cuando se aplica a un sistema de gestión de la protección física de activos (PAPMS, por sus siglas en ingles)—considera los riesgos asociados con los sucesos intencionados, involuntarios y/o los causados de manera natural. La protección de activos incorpora las funciones de seguridad desde la gestión de riesgo un sistema exhaustivo y proactivo. (ASIS, 2012 p. xiii).
La tarea, (o el problema) inicia desde manera en que abordará el asunto de los riesgos (amenaza – vulnerabilidad – consecuencia) en el establecimiento del contexto seguido de una clara, definida y sobretodo objetiva valoración de riesgos para plantear un buen proyecto ajustado en términos de alcance, costo y tiempo, como alternativa de tratamiento de riesgos; sin esta actividad, la función de seguridad estará sometida a la reactividad, a la selección de medidas de seguridad basadas en una mala experiencia, (que es ahí donde recaen la preocupaciones, no solo por la pérdida, sino por el cuestionamiento al desempeño de su función) y no en la planeación de un profesional.
La gestión efectiva de la seguridad física puede abordarse desde dos categorías, la primera desde las funciones de la seguridad física y la segunda desde etapas de la gestión de seguridad física. En principio podemos decir que el éxito de la seguridad física es que el perpetrador no cumpla con su objetivo, y que el objetivo del perpetrador (dentro de los riesgos de seguridad física) es hurtar, sabotear o lesionar a una persona. Entonces el éxito de la seguridad, puede estar enmarcado en dos aspectos; la disuasión, en el sentido de desestimular la acción del perpetrador indeciso, por la evidencia visual de un sistema de protección física (PPS, por sus siglas en ingles) funcionando ó por la actividad simultánea y alineada de detección, demora y respuesta, del que puede ser objeto un perpetrador decidido que optó por hacer intrusión. (García, 2008)
La disuasión ha tenido un significado objetivo y resultados relevantes en la teoría conocida como “Prevención del Crimen a Través del Diseño Ambiental” (CPTED, por sus siglas en ingles), (Crowe, 1991) sin embargo, las funciones de la seguridad física, particularmente, se enmarcan en detección, demora y respuesta; donde la función de detección informa y alerta sobre una intrusión en desarrollo, para lo cual utiliza sistemas de alarma monitoreados, sistemas de control de acceso, sistema de confirmación de alarma como CCTV, iluminación de protección para respaldar la identificación, directa o por medios electrónicos. La función de demora se relaciona con el tiempo que debe tomar el perpetrador para sortear obstáculos en su progreso hacia el activo; barreras perimetrales, muros, puertas, ventanas, cerraduras, candados y hasta cajas fuertes son utilizados para esta función. La función respuesta no solo esta compuesta por el personal que físicamente se desplaza para interrumpir al perpetrador, aquí también interviene quien hace monitoreo de alarma, confirma la misma y da instrucciones para el despliegue; todo articulado en un, práctico y sobre todo legal, protocolo de respuesta que tuvo que haber sido objeto de capacitación y prueba in situ. Las funciones de seguridad deben estar integradas y actuar de manera simultánea para que en realidad den valor a la gestión de seguridad física.
La gestión efectiva requiere cubrir etapas formales. La primera es el Diagnostico, herramientas válidas como la valoración de riesgos, las inspecciones y auditorias de seguridad, las encuestas de seguridad o evaluación/análisis de vulnerabilidad ayudan a determinar el estado actual y formulan un línea base para su desarrollo. La segunda es el diseño donde se plantean los elementos de las funciones de seguridad (detección, demora y respuesta) dentro del concepto denominado “protección en profundidad” (ASIS, 2011). La tercera es la implementación, lo cual es llevar a la realidad lo planteado en el desarrollo del diseño, convirtiendo esta información en un proyecto que se desarrolla por fases – Planeación; Diseño y estimación; Adquisición, instalación, operación y capacitación; Pruebas y garantías, y Mantenimiento, evaluación y reemplazo (Patterson, 2017) –. La cuarta es la evaluación, y no es mas que asegurarse y demostrar a sus patrocinadores que si ha habido una mejora en las condiciones de seguridad, después de la implementación, el resultado está basado en la reducción significativa del riesgo, a través de la efectividad de las medidas incorporadas, dicha evaluación se realiza bajo el modelo de “Estimativo de Interrupción de la Secuencia del Adversario” (EASI por sus siglas en ingles. (García, 2005).
Así las cosas, la gestión de seguridad física, abordada desde las dos categorías, permite al gerente de seguridad tener un panorama claro y preciso de la realidad de su programa de seguridad física, y mas allá permitirá, no solo hacerle cambios y ajustes coherentes, sino que también le permitirá justificarlo económicamente, manteniendo en mente la relación costo beneficio, así como se representa en la figura del modelo BRIDGES.